Tinta china, un tesoro en Asia oriental: La tinta ocupa un lugar muy especial dentro del arte y la
cultura de China. Desde un punto de vista filosófico, la pintura china es una
combinación armónica entre el vacío del papel (Yin) y la totalidad de la tinta
china (yang). Tanto en la escritura como en la pintura la idea de la armonía
está muy vigente.
La técnica de pintura con
tinta china recibe el nombre de Shuimo-hua (水墨画)
en China, Sumi-e (墨絵) en Japón o Sumuk-hwa (수묵화) en Corea. La tinta y el papel son los instrumentos
básicos de este estilo, que se desarrolló durante la dinastía Tang (618-907) y
llegó a otros países durante la dinastía Song. Este estilo sigue muy vivo en la
actualidad; algunas obras pueden llegar a costar miles de euros.
Muchos calígrafos prefieren
usar sus propias barras de tinta hechas a medida para ellos. Es tan importante
la tinta que algunos escogen las mejores resinas y hollines personalmente.
Además, el hecho de moler la barra ya supone un momento de meditación para
descansar la mente o pensar en su nueva obra.
Durante la Dinastía Jin
(265-420 d.C), se puso de moda identificar la obra con su autor. Para ello se
utilizaba un sello rectangular de color rojo con el nombre grabado del autor.
Durante la Dinastía Song, se incluyó otro sello adicional, que consistía en
unas pocas palabras que definían al autor o las aspiraciones de su obra. Las
caligrafías más famosas también llevan el sello de los coleccionistas de
generaciones futuras, por lo que algunas obras han acumulado más de 60 sellos.
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